Entonces ella le pregunta: «Bueno, si tú eres Dios, y yo soy Dios, entonces, ¿quién es el que más manda de los dos?». A lo que él le responde: «Nadie, todos mandamos, todos somos un conjunto de energía que mandamos en el mundo a través de nuestra energía, así de simple y sencillo». Por tanto, que haya pobreza en el mundo o que haya desgracias en el mundo no es una cuestión de que Dios que está arriba lo permita o no lo permita o lo consienta, sino que es una cuestión de todos los seres humanos, es lo que nosotros estamos creando entre todos, así que, no le podemos dar la responsabilidad a ese Dios porque permite que haya pobreza en el mundo y porque permite que haya desgracias porque Dios ni permite ni deja de permitir porque es neutro es energía y no es dual. Los que somos duales somos nosotros con nuestro Ego terrenal (y de esto te hablaré en los siguientes capítulos) pero Dios no es dual, es energía y es neutro y, simplemente Dios es el conjunto formado por todas las mentes de todos nosotros que conforma una gran mente colectiva, ese es Dios. Con lo cual nadie te está juzgando, simplemente, tú estás en esta vida en la que estamos todos conectados energéticamente y dependiendo de tus pensamientos y de tus acciones haces un impacto en esa masa global de energía, y ese impacto lo extiendes y, luego, recibes en virtud de ello. Por eso es muy importante ser consciente que dar y recibir es lo mismo como veremos en el artículo Dar y Recibir es lo mismo.